Walter y Víctor Kunz son la segunda generación a cargo de esta fábrica de chicha de manzana y sidra que brinda servicio de molienda de manzanas y también cuenta con una cantina en la que, además del producto local, se ofrece la carta de tragos nacional. Fue su padre, hijo de un inmigrante suizo, quien abrió el negocio en la década de 1960. Desde entonces trabajan con manzanas silvestres que provienen de los alrededores y como siempre han hecho molienda, a su local llegaba mucha gente del campo. También llegaba lo más granado de Lautaro, pues antiguamente las cantinas no sabían de distinciones sociales. Entre su público, además de funcionarios públicos, carabineros, médicos y profesores, se contaba el grupo literario Prisma y el poeta lautarino Jorge Teillier, que tenía su rincón preferido en el salón. Hoy en día, trabajadores y vecinos siguen dando vida a esta tradicional cantina de la región. Walter y Víctor remodelaron el local hace poco pero todavía pueden verse al ingresar unas enormes pipas de madera que cobijan la producción anual, resabio de sus primeros años de existencia.